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Santa Clara del Cobre

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Santa Clara del Cobre

Santa Clara del Cobre es una localidad en el estado de Michoacán, México, localizada a 18km de Patzcuaro y a 79km de la capital de Estado, Morelia. El nombre oficial del municipio es Salvador Escalante y el pueblo es comunmente también conocido como "Villa Escalante".

Es un típico poblado michoacano famoso por el refinado trabajo de sus artesanos sobre ese metal, fue reconocida como parte del programa pueblos mágicos de México.

La población Santa Clara del Cobre hace secularmente honor al metal que complementa a su santoral. Situada en la región minera donde la riqueza cuprífera aflora por las ricas vetas de los minerales de Inguarán y Opopeo, desde el primer momento interesó a los españoles que conquistaban o catequiaban -ambas inseparables cosas con fuerza de la espada y bálsamo de la cruz- la región michoacana. Uno de los que practicaban lo segundo, Fray Martín de Jesús fundó, en 1521, Santa Clara de Acuero. La fundación legal de la actual población se promulgó en 1553, con el nombre de Santa Clara de los Cobres, pero en 1858 se le cambió por Santa Clara de Portugal, y en 1932 fue Villa Escalante, en recuerdo a un revolucionario del lugar. Pero esta nueva nominación no venció a la tradición clarense y cuprífera, que es como sigue conoció a este importante centro de la artesanía y utilitarismo del metal fundido y martilleado. La permanencia de Santa Clara, con la dicha excepción se debe a que en el sitio se establecieron, conventualmente, las monjas de la regla de ese nombre.

Los antiguos indígenas de la región martilleaban el cobre para crear artículos utilitarios -que contrastaban con el más extendido empleo del barro en la cacharrería casera-, adornos como los cascabeles zoomorfos, bezotes y aretes, y otros instrumentos como el hacha. Se empleaba el cobre en aleaciones con el oro, algunos de cuyos objetos relucientes eran entregados, como si solo fueran auríferos, a los alucinados ojos y mentes de los conquistadores, que realizaban hazañas, no exentas de crueldades, en pos del codiciado metal precioso.

El obispo Vasco de Quiroga, de presencia imborrable en la organización y progreso de las actividades artesanales y de los oficios en Michoacán, el Tata Vasco de los indios, introdujo también en Santa Clara un sistema de trabajo; enseñó a perfeccionar el suyo a los nativos y llevó de España artífices que introdujeron o mejoraron las técnicas de la fundición y el martillado. Aunque al principio de la Conquista, lo indígenas se dispersaron, poco a poco fueron atraídos por los españoles en torno de las actividades productivas. En las minas de Inguarán se construyó la fundición que un incendio destruyó en el siglo XVIII.

Por lo tanto, la tradición y el auge actual de Santa Clara del Cobre sigue una línea muy antigua desde que, según la tradición, en nuestro siglo XIII, se fabricaban hachas y adornos del metal en el universo prehispánico de la región; actividad que tenía similitud con una producción metalífera semejante entre los zapotecos (en el actual estado de Oaxaca), pero de muy rara presencia en los territorios aztecas del centro de México.

Imagen Santa Clara con ese enraizado antecedente, todo Santa Clara del Cobre es hoy un centro de elaboración de objetos de cobre: recipientes diversos para la elaboración de dulces y otros alimentos; cacerolas, platos, cazos, floreros, adornos de diversa factura, etc., etc. Los múltiples talleres están organizados familiarmente, de manera que los maestros de hoy fueron los niños aprendices de ayer, así como el niño de las zonas rurales se incorpora desde temprana edad a la ayuda de sus mayores en las faenas proverbiales. Los más viejos maestros son respetados y seguidos en sus consejos dictados por la experiencia.

Existe en Santa Clara un Museo del Cobre, pero bien podría decirse que todo el pueblo es un museo vivo. Hay también una escuela-taller, y una cooperativa que lleva el nombre de Vasco de Quiroga. Es importante, para evitar el anquilosamiento sin demérito de lo aprendido en el curos de los siglos, el funcionamiento de una Casa del Artesano para la capacitación, preparación y desarrollo de la técnica.

Santa Clara del Cobre es también la sede de una Unión de Artesanos, vía jurídica para el apoyo crediticio a la producción y comercialización, por parte de los organismos oficiales que cuidan en el país la preservación y el desarrollo de las artesanías. En 1984, los artesanos de Santa Clara fueron nacionalmente distinguidos con el Premio Nacional de Artes y Tradiciones Populares, que festejaron en la Semana Nacional del Cobre Martillado, celebrada del 8 al 16 de diciembre de ese año.

Una de las fechas más importantes en esta comunidad es a mediados de año, entre agosto y septiembre, que es cuando se lleva a cabo la Feria Nacional del Cobre, evento durante el cual los artistas del lugar compiten para saber quién realizó la pieza más bella y sobre todo, porque se celebra a la Patrona del pueblo: Santa Clara.