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Danza de los Viejitos

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Danza de los Viejitos

La original danza de los viejitos tiene su origen en tiempos inmemorables, en el Sur del Continente Americano, en la región de los andes desde donde se cree, emigraron los p'urhépecha, actualmente los Quechuas y los Aimaráes, danzan para lograr la lluvia y para lograr las cosechas, así como para sanar un enfermo, danzan cuatro chamanes.

La versión de la Sierra de Uruapan, donde ha perdido su significado prehispánico, dice que al nacer Cristo y al llegar de todas partes del mundo los fieles a adorarlo con ricos regalos, los viejos del lugar, no teniendo otra cosa que darle, idearon ofrecerle toda la riqueza de su larga vida expresada en una danza. Cuando el Niño Dios los vio, complacido les dedicó una sonrisa.

Una de las mujeres presentes, conmovida por la sonrisa del Niño Dios, se lanzó a bailar y desde entonces les acompaña, es la Mariguía o Maringuilla.

La danza tiene un origen y sentido completamente ritual y religioso, pues se llevaba a cabo, cada cambio de estación, es decir cada solsticio y cada equinoccio y se ejecutaba en honor del dios viejo tata huriata y siempre eran cuatro los danzantes, originalmente uno de los danzantes era representado por una máscara de niño o joven, pues era la estación naciente, y las otras tres estaciones eran representadas con máscaras de viejos, que correspondían a las otras tres estaciones ya pasadas y si se fijan bien, cuando se ejecutan bien se enlazan los cuatro danzantes, el primero le pone mucha, pero mucha energía a su danza y en contraparte el último de la fila aparenta que ya no puede, que está dando las últimas y ello corresponde a la estación entrante y a la saliente.

Sólo los chamanes podían ejecutarla, normalmente eran ancianos, pues la sabiduría llega con la edad, y para derrochar tal energía, masticaban hojas de coca, en el Sur del Continente;

En la altiplanicie mexicana, le entraban a los pachacuachari (hongos, alucinógenos colorados), con los cuales entraban en trance y podían danzar hasta cuatro horas y en ese trance podían vislumbrar lo bueno y lo malo que tenía la estación entrante, era una danza sagrada, como las de tantos otros pueblos, pero al llegar los gachupines a estas tierras michoacanas, implantaron a sangre y fuego su religión cristiana, la danza quedo proscrita y sólo se ejecutaba a escondidas de los religiosos y de los gobernantes.

Sólo los guardianes de la cultura Purhépecha los petámutis (brujos chamanes) que conservaban la sabiduría de generación en generación y en los pueblos más apartados y de difícil acceso, pudieron conservar esta rica tradición y sabiduría, pues además, eran ellos los que sabían el secreto de curar con hierbas y raíces, las enfermedades de la gente más pobre y olvidada de nuestros pueblos.

También se llevaba a cabo otra danza que era ejecutada, ya no por chamanes o cuetaperis, si no por gente común con un solo chaman que representaba a tata huriata (el sol) una Maringuilla (hombre vestido de mujer) que representaba a nana Cuerari (la tierra) y ocho viejitos que representaban a los ocho planetas restantes del sistema solar mercurio, Venus, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón, más un elemento extra que representaba a un cometa, esta danza era ejecutada imitando los movimientos de estos astros en el universo, cuando se alineaban todos en línea recta, alineación que se da cada 5125 años de la cuenta larga, los ocho danzantes giraban bailando alrededor del sol y de la tierra y el noveno danzante bailaba girando en una vuelta elíptica alrededor de todos ellos, ampliando su área de baile, conforme los otros danzantes se movían y cuando el cometa pasaba  en frente de cada uno de ellos el indiciado incrementaba su ritmo como lumbre, pues eso es lo que hace un cometa cuando pasa cerca de los planetas, como este elemento gastaba más energía que los otros y se cansaba más, era reemplazado cada vez que fuera necesario, pues esta danza requiere de mucha energía y es muy cansada para los elementos que bailan y nunca para los que nos deleitamos viéndola; ¿Como la ven P'urhépecha? tenían razón o no los españoles para prohibir estas danzas, pues ellos en el viejo mundo apenas acababan de descubrir que la tierra y los planetas giraban alrededor del sol y nuestros ancestros sabían eso desde tiempos inmemorables.

Así las cosas, llegó el tiempo que nuestros p'etámutis o chamanes, difícilmente podían encontrarse los cuatro para ejecutar la danza y para preservarla, enseñaron la danza a jóvenes que pudieran aguantar el ritmo y esfuerzo de la misma y aunque inicialmente sólo era acompañada con un teponaxtle (tambor), y una chirimia (flauta de carrizo o barro) al perder el sentido místico y ritual, se le fueron agregando músicos e instrumentos, así como danzantes.

En la actualidad en muchas partes del país se ejecutan danzas de Hueues, Huehuenches y otras modalidades que derivan de los que antiguamente se dedicaban al Dios Viejo, Dio del Fuego y del Año, Huehuetéotl. De éstas, la más conocida es la del "Los Viejitos" del grupo Tarasco o purépecha que ocupa la región lacustre de Michoacán, con centro en el Lago de Pátzcuaro, y en la Sierra alrededor de Uruapan.