Feria de Corpus Christi
La feria se lleva a cabo en diversas partes de la ciudad de Papantla en el estado de Veracruz, iniciando en el atrio de la iglesia, después en el parque Israel C. Téllez y finalmente en los terrenos del campo Anáhuac, en el centro de la ciudad se congrega la ciudadanía para llevar a cabo la festividad religiosa y en los terrenos del campo Anáhuac la fiesta que presenta la exposición ganadera, agrícola, artesanal y gastronómica.
En algunos lugares los danzantes aún se preparan con ayunos y abstinencias, denotando claramente las Raíces Místicas de la Danza. Sobresale por la ejecución de la danza de Los Voladores, al mismo tiempo que otra diversas como la de Los Negritos, Moros y Cristianos o sea los Santiagueros. En la actualidad la de Los Voladores pierden exclusividad porque se ejecuta cada domingo en el centro ceremonial de El Tajín.
Durante el Corpus, aparte de asistir a la iglesia, la gente acude a las ruletas, a carreras de caballos y corridas de toro. En fiesta movible, que puede ser a fines de mayo o a principios de junio.
Papantla es sin lugar a duda una región que siempre ha figurado por su riqueza cultural, por su gente, sus tradiciones y costumbres, así como la zona arqueológica del Tajín y su incomparable Feria de Corpus Christi, la cual es de carácter religioso y envuelve a la ciudad de un misticismo, a donde el olor a incienso impregna el desfile multicolor de los grupos de danzantes que ataviados con sus coloridas vestimentas los cuales lleva a cuestas toda una cultura recorren las calles en procesión durante el día mayor de esta festividad.
La feria de Corpus Christi se pierde en los andares del tiempo; es muy impredecible saber con exactitud la fecha exacta en que inicia esta celebración, ya que no existen datos que indiquen su inicio.
En la mitología prehispánica, Tlalóc, el de la máscara de serpiente, distribuye la lluvia bienhechora a voluntad, se relaciona con Tezcatlipoca, hechicero multiforme vinculado a la Osa Mayor del cielo nocturno que fue hundido en el mar con un rayo en la mano y a quien se le atribuyen ciclones, truenos y tempestades.
La festividad se remonta antes de la llegada de los españoles, ya que tiene mucho que ver con el calendario solar y los cambios de estaciones es decir de acuerdo al calendario prehispánico que los regia cada 65 días se llevaba a cabo el cambio de estación y precisamente durante el cambio en la segunda estación los totonacas veneraban a sus dioses como la lluvia, el trueno, el sol ya que sabían de la cercanía de este cambio climático que les traería para sí mismos la riqueza de la tierra la abundancia y la prosperidad, por ello era de suma importancia el realizar dichas reverencias y tener contentos a sus dioses.
La tradición de celebrar el jueves de Corpus o día de las mulas, como es conocida en algunas regiones del país, fue introducida en México por los evangelizadores europeos, algunas versiones aseguran que desde 1529 ya se efectuaba dicha solemnidad. Pasó el tiempo el tiempo y en 1560, la fiesta era conocida por la alegría de la gente y la fastuosidad con la que se hacía la procesión. Daba inicio desde la catedral y transitaban por todos los rumbos de la ciudad, en la celebración participaban cientos de habitantes de los barrios de la Nueva España.
Allá por el año 1550, cuando llegan a Papantla por los frailes Franciscanos llegados de España sobre un asentamiento totonaco que ya existía en ese lugar, los religiosos empiezan a introducir el catolicismo entre los pobladores indígenas, su labor como misioneros se enfrenta a una cultura ancestral que adora ídolos y deidades muy especiales como el sol, la luna, el trueno y otras más, con el paso del tiempo al tratar de imponer la religión católica entre los totonacos, los frailes dan cuenta de la coincidencia de la celebración de corpus christi con el tonalli y con mucha astucia hacen que las fiestas se sincreticen mostrando afinidades. Es entonces que se permite que los totonacas celebren a un costado del templo mayor erigido en Papantla.