Platería
Se denomina platería el trabajo artesanal de la plata con fines ornamentales.
La función principal de la platería es la ornamentación de los edificios, tanto sagrados como profanos y de las habitaciones particulares, especialmente en los momentos de solemnidad y recepción. Para los edificios sagrados fabrica la platería, como dice el monje Theophilo en su Ensayo sobre diversas artes, Diversarum Artum Schedula, obra que pertenece cuando menos al siglo XIII:
Los cálices, candelabros, incensarios, vasos para los Santos óleos, vinajeras, relicarios, cruces, misales y otros objetos que una útil necesidad reclama para los usos de la Iglesia, sin los cuales no podrían llenarse ni los misterios divinos ni el servicio de los altares.
Para el adorno de los palacios y otros edificios, la platería fabrica vasos, copas, candelabros, espejos, canastillas que se regalan a las novias, vajillas con piedras, cubiertos, mangos de cuchillos, fruteros, teleras, fuentes, jarrones y otros muchos objetos destinados al servicio de la mesa.
Todas las producciones de la platería deben considerarse bajo dos aspectos muy diferentes, pero que no deben perderse de vista: el arte y la industria están aquí intimamente ligados.
Los procedimientos industriales deben intervenir para que disminuyan los gastos de construcción de un objeto en bruto y pueda aumentársela que de los adornos. Es preciso disminuir la cantidad de la primera materia a fin de que refluya el exceso de valor intrínseco sobre el trabajo artístico y pueda emplearse en dar a los objetos formas elegantes y poéticas. Debe tenerse cuidado, sin embargo, de no economizar mezquinamente a plata así como las piedras preciosas, pues de lo contrario resultarían delgadas, poco sólidas y concluirían por perder cierto aspecto monumental reclamado por la mayor parte de los productos de esta industria.
El estilo en platería lo mismo que en todas las artes, indica lo que forma el rasgo característico del gusto local de cada país, del gusto especial de cada época.