Méxicovivo

Orfebreria

orfebreria 2

Orfebreria

En la civilización mexica, el de orfebre o tecuitlahuaque era bien reputado como la mayor parte de los oficios, en un reconocimiento explícito a los creadores manuales que tenían la habilidad de plasmar materialmente lo que era un código estético y cultural.

Los orfebres actuales continúan combinando esa habilidad manual con un capital cultural concreto, que permite embellecer al metal.

Una primera imagen en este apartado remite a pueblos mazahuas en el valle de Toluca, donde como lo escribe Isabel Marín en el tomo sobre etno artesanías y arte popular de la Historia general del arte mexicano, \"se hacen las grandes arracadas de hilo de plata con flores, mariposas y pájaros de un peso casi mayor al soportable; sin embargo, las mujeres nativas, para quienes han sido hechas, las lucen con verdadero encanto\".

Considérese una difícil circunstancia para los orfebres durante la Colonia : la prohibición para que los nativos pudieran ejercer la platería, que incluía la pena de muerte para quien infringiera tan absurda regla. Esta limitación se mantuvo hasta el siglo XVIII, cuando se reconoció \"el talento y natural habilidad de los indígenas\" y se permitió el establecimiento de las órdenes de plateros. El antecedente en la Nueva España se centraría en objetos de índole religioso popular, aunque con el tiempo la rama popular de la platería habría de predominar en cuanto a su abundancia y gran variedad.

La orfebrería es una actividad que sigue viva y desarrollándose en San Felipe del Progreso, lo que es decir el corazón de la zona mazahua en el Estado de México. El orfebre mazahua domina distintas técnicas en los procesos de transformación y elaboración del metal, de manera destacada el repujado y el cincelado. El primero consiste, descrito de manera somera, en el labrado que con un martillo se hace sobre un objeto metálico, en su caso, sobre cuero, hasta imprimir en él figuras en relieve. A su vez, el cincelado consiste en el trabajo efectuado para resaltar en el metal un dibujo diseñado previamente. Tal operación requiere, incluso, delicadeza. Se utilizan cinceles para hundir o sacar relieves al metal, pues por las características de este trabajo resulta imposible el uso de troqueles. En todo caso, lo que suele emplearse es una especie de prensa o punzón en cuyo extremo inferior va el dibujo que pretende plasmarse.

Otra técnica de decoración es la de la filigrana, consistente en formar la obra con hilos de oro o plata, que son unidos y soldados con mucho cuidado. La filigrana sería la técnica más antigua y primitiva dentro de la rama de la orfebrería lo cual se explica con base en la ductilidad tanto del oro como de la plata que hace posible la fabricación de largos filamentos con los cuales se conforman innumerables figuras.

La división entre orfebrería y joyería distinguiría, en la primera, piezas mayores o juegos, mientras que en la segunda se encontrarían pequeños accesorios generalmente dedicados al adorno personal y en los que, además del metal, se montan piedras preciosas o semipreciosas. Ejemplos de ello serían collares, aretes o arracadas, prendedores, cadenas, cruces, entre otros objetos, en los que resulta más que apreciado el fino trabajo de engarzamiento de las piedras preciosas.

Hemos hablado sobre todo del trabajo de orfebrería y joyería que se realiza en el norte de la entidad, en San Felipe del Progreso, sin embargo, artesanos de esta rama trabajan también en Naucalpan y Nezahualcóyotl. A los artículos ya mencionados se agregan también campanas, esculturas, abrecartas, pisapapeles, tarjeteros, anillos y pulseras, en cada uno de los cuales se confirma la gran habilidad de los artesanos mexiquenses para crear, con el metal, piezas que muy bien pueden competir con las de su tipo en cualquier parte del mundo.